domingo, 31 de enero de 2016

La sociedad multidireccional.

Tres direcciones distintas, como ejes cartesianos, nos ayudarán a comprender la sociedad actual. A una de ellas podemos aproximarnos a través de la evolución histórica de las sociedades. Pasamos de la sociedad recolectora y cazadora a la sociedad agrícola, luego a la sociedad industrial y finalmente llegamos a la sociedad informática, con su tendencia a afianzar valores como la igualdad y la libertad.  Tanto la informática como las tecnologías de la información y de la comunicación en general realizan una contribución inigualable al mundo globalizado y fundamentalmente a la economía de pensamiento único centrada en el libre mercado y la globalización. Francis Fukuyama en su libro The Great Disruption vincula a la sociedad de la informática con la disminución del capital social (ejemplo: menor cantidad de organizaciones e instituciones y/o menor participación en ellas) y con un aumento estadísticamente significativo de la delincuencia, la disminución de la confianza, los hijos sin padre y la drogadicción, entre otras. Resulta obvio que la sociedad informática no tiene la solución ni las herramientas propias para encarar la problemática de este mundo sin rumbo y a la deriva en lo económico y ambiental. El impresionante aumento de la población mundial conduce a  la necesidad de producir más energía y alimentos, cuidar el medio ambiente y avanzar en los sistemas de salud. La solución a los problemas citados requiere una segunda dirección o eje orientado a aquellas ciencias-tecnologías integradas capaces de transformar la naturaleza como la biotecnología y la nanotecnología, con un fuerte basamento químico, capaces de dar las respuestas necesarias. Ambas conducen a una nueva posibilidad de dar soluciones concretas,  generando a su vez trabajo local y en forma sustentable. En definitiva constituyen la base de una nueva economía, denominada economía de la tecnología o tecnológica, capaz de salir airosa sobre la economía de pensamiento único y cambiar la actual dirección fatídica del  planeta. La tercera dirección se centra en el rumbo hacia el cual se orienta el conocimiento de avanzada en el siglo XXI: la cognotecnología. Comprender  el funcionamiento del cerebro, hacer mapas 3D de sus 89.000 millones de neuronas, producir cerebros similares con nanochips neurosinápticos,  hacer máquinas inteligentes, migrar información de cerebros humanos a los cerebros cuasi similares…La cognotecnología requiere un manejo integrado de la nanotecnología, la biotecnología y la infotecnología. El conjunto se conoce en la actualidad como las tecnologías convergentes o NBIC (Nano, Bio, Info y Cognotecnología).
¿Con cuál o cuáles de las tres direcciones estamos identificados? Este mundo complejo requiere pensamiento complejo para ver mas allá de la sociedad informática y comprender que estamos inmersos en una sociedad multidireccional.   

sábado, 14 de marzo de 2015

Bioeconomía para todos.

Alberto L. D'Andrea. Revista Agropost, número 136, febrero-marzo 2015.
Un estudio comparativo de algunas variables significativas relacionadas con nuestra temática lo ubicamos en la siguiente tabla:


El avance científico iniciado en 1800 pero potenciado fuertemente a partir del desarrollo de modelos atómicos confiables en la primera mitad del siglo XX y, fundamentalmente por su crecimiento exponencial los últimos 60 años, queda reflejado en uno de sus  aspectos por el incremento del CO2 debido a la necesidad de consumo de energía fósil por parte del impresionante desarrollo tecnológico producido.  No obstante el incremento en el promedio de vida de 24 a 76 años (3,2 veces más) y el aumento de la población en la tierra de 1000 a 7000 millones de habitantes (7 veces más) pareciera indicar que la vida humana en la tierra está floreciente. Si bien el avance científico-tecnológico produjo una mejora cuantitativa importante  en cuanto al promedio de vida, con perspectiva a corto plazo de superar los 100 años, trajo aparejado graves problemas cualitativos con tendencia a acelerarse en forma exponencial: aumento de la población mundial de 2500 a 7000 mil millones de habitantes entre el año 1950 y el 2013, aproximación a la “carga máxima de la tierra” (10.000 millones de habitantes), fuerte incremento en la demanda de energía y alimentos,  aumento de la contaminación en general producto de la mayor cantidad de habitantes y de la actividad del hombre, peligrosa acumulación de gases que conducen al calentamiento global; agotamiento de la energía fósil-extractiva, antes abundante-barata y declive constante de la diversidad biológica ante la apropiación de más espacios físicos por el hombre.  En el contexto planteado, la economía de pensamiento único en la cual lo económico predomina sobre lo político y el mercado soluciona todos los problemas del sistema en concurrencia con la competitividad y el libre intercambio, no puede dar respuestas a las demandas de la sociedad. De los 7000 millones de habitantes actuales, casi 1000 millones no pueden comer si alguien no le proporciona alimentos y 5000 millones están fuera de una vida garantizada.  El intento histórico más reciente de romper con la inconveniencia actual de la economía ortodoxa  partió de Nicholas Georgescu-Roegen, uno de los pensadores más notables y profundos de la economía moderna; él lanzó dos torpedos críticos a la economía vigente en sus libros Analytical Economics (1966) y  The Entropy Law and Economic Process (1971) en los cuales centra las problemáticas económicas actuales en el divorcio entre las teorías económicas y el cumplimiento de las leyes de la naturaleza. Para los economistas de pensamiento único todo es un ciclo de producción y consumo, pero para la naturaleza esto no constituye un ciclo, es sólo un gasto unidireccional de energía y recursos naturales no renovables en el tiempo que se consumen. El auguró por lo tanto un gran fracaso en la economía mundial, fracaso evidente ante la cantidad, en tiempos cada vez más cortos, de  crisis económicas.   Nicolás Georgescu-Roegen señalo como única solución posible la  aparición de una ciencia-tecnología capaz de generar en tiempo y forma los recursos naturales necesarios para llegar a un nuevo tipo de equilibrio en la tierra…
Paulatinamente, debido a las innovaciones tecnológicas, avanza un incesante aumento en la capacidad de producir en forma sustentable tendiente a mostrar su capacidad de dar soluciones efectivas y alternativas ante la inacción de la desbordada economía de mercado.

La bioeconomía real.
La biotecnología con su capacidad transformadora de la naturaleza aparece como la tecnología “prometeica“ buscada por Georgescu-Roegen en respuesta a las problemáticas planteadas por su economía física basada en la función entropía. Hoy podemos definir a la bioeconomía real como una economía basada en la biotecnología capaz de generar en tiempo y forma los recursos naturales renovables, con su acervo de 65 millones de genes y la ingeniería genética, para dar respuestas a necesidades socioeconómicas tales como la demanda de energía, alimentos, disminución de los gastos en salud y cuidado del medio ambiente, generando a su vez trabajo e ingresos en forma sustentable.  
Pareciera ser que la mejora cualitativa en la vida se centra en avanzar hacia la bioeconomía cuya base científico-tecnológica es la biotecnología y su motor productivo es la biofábrica transgénica; en concordancia con lo que alguna vez señaló Georgescu-Roegen “Si la vida es lo más importante, la economía debiera ser una rama de la biología y no la vida un apéndice de la economía como plantea la economía ortodoxa”.


 La bioeconomía de conveniencia.
 Los países europeos y los Estados Unidos engloban bajo la denominación de bioeconomía, a la  actividad económica que se nutre de la investigación y la innovación en las ciencias biológicas,  en un intento por mantener subordinada a la naturaleza a un contexto económico ficticio. Una bioeconomía de conveniencia para disfrazar la crisis mundial en la cual las medidas de política económica recomendadas fallan en forma sistemática ante el asombro de los propios economistas quienes ven cómo las recetas aprendidas en sus universidades no funcionan. Una bioeconomía tendiente a resistir el ocaso de la economía de pensamiento único para continuar con la acumulación del poder en desmedro de la mejora cualitativa de la vida en la tierra planteada por las posibilidades productivas brindadas por el desarrollo de la ciencia-tecnología  actual en un intento por subsanar sus errores del pasado…

Bioeconomía para todos. 
Distingamos las voces de los ecos, la incidencia productiva de la tecnología actual nos permite avanzar sobre una economía moderna, centrada en las necesidades del hombre, en el respeto de las leyes de la naturaleza y en la utilización de sus recursos generosos ¿por qué no?, una bioeconomía para todos. 

martes, 4 de junio de 2013

Metagenómica Agraria. Donde mueren las palabras.

El metagenoma se puede definir como el ADN total de una muestra ambiental. Ese ADN es el constituyente de todos los genomas integrantes de la población. La metagenómica persigue obtener secuencias del genoma de los diferentes componentes ambientales extrayendo y analizando su ADN de forma global.
La tecnología para la secuenciación de ADN se ha desarrollado con buena velocidad desde el 2003 hasta el presente permitiendo en la actualidad disminuir tiempos y costos, abriendo de ese modo  la puerta  a la denominada “era de la secuenciación masiva” con fuerte implicancia  tanto en la salud humana como en la agricultura..
Las comunidades microbianas presentes en los campos de cultivo son esenciales para que los productos agrícolas crezcan más y más sanos. La metagenómica juega un papel muy importante en el estudio estas comunidades y cómo influyen sobre los productos agrícolas. El crecimiento de las plantas está condicionado por microorganismos del suelo presentes alrededor de las raíces vegetales. Podemos citar como microorganismos beneficiosos para los cultivos agrícolas bacterias y hongos con capacidad para incrementar la absorción de nutrientes aumentando la fertilidad del suelo y beneficiando el crecimiento vegetal o con la capacidad de  proteger a la planta evitando el ataque de patógenos.
A menudo se pueden leer comentarios escritos en potencial relacionados con modificaciones de los suelos por la utilización de distintos productos biotecnológicos. Un ejemplo: “Lo último en ciencia parece sugerir que la cultivación de plantas transgénicas podría alterar seriamente la ecología del suelo reduciendo su diversidad microbiana, que aumenta la fertilidad del suelo con el paso del tiempo- algo que probablemente es irreversible”... “ la reducción de la fertilidad del suelo podría conducir a la hambruna en una escala nunca antes vista”…
La metagenómica agrícola nos permitirá estudiar el metagenoma del suelo con muestras obtenidas “in situ” antes de la siembra,  durante el crecimiento del cultivo, luego de  la cosecha y durante muchos ciclos a través del tiempo, estableciendo en cada momento la diversidad genética y a partir de los resultados obtenidos hacer las modificaciones necesarias para optimizar  los suelos. Nuca más comentarios dudosos algunas veces basados en investigaciones parciales y puntuales realizadas “in vitro”.  En el contexto objetivo de la metagenómica agraria “in situ” es donde mueren la palabras en potencial. 

domingo, 27 de enero de 2013

El agotamiento de los recursos naturales del planeta conduce a la biodependencia.

La GFN (Global Footprint Network) y la New Economics Fundation (NEF) anualmente hacen el cálculo de la velocidad con que los humanos consumen los recursos generados en el planeta. Según lo informado, el 22 de agosto de 2012 el mundo agotó los recursos naturales producidos en la tierra durante el año. En apenas ocho meses los seres humanos hemos acabado con todos los recursos que el planeta puede proveer de forma sostenible. El resto del año se vivió a crédito de las futuras generaciones sobreexplotando los recursos naturales, acumulando exceso de carbono en la atmósfera y con la imposibilidad de procesar toda la basura generada. El "día del agotamiento" (Global Overshoot Day) se alcanzó 36 días antes con relación al año 2011. ¿Existe alguna solución?... Sólo la bioeconomía es viable, una economía basada en la biotecnología que utiliza materias primas renovables y su acervo de 65 millones de genes para generar energía, hacer más y mejores alimentos, producir con residuo cero para cuidar el medio ambiente y disminuir los gastos en salud, generando a su vez ingresos y trabajo en forma sustentable. Únicamente las "3 b" nos permitirán llegar a un nuevo tipo de equilibrio para hacer posible la vida en la tierra: bioeconomía, biotecnología y biofábrica transgénica.